miércoles, enero 12, 2005

Descanso...

No hay nada como la vida pueblerina despues de sentir el encierro de la urbanidad, sentir el olor del pasto, la pureza del aire y el silencio que deja pensar.
La sencillez del lugar logra contactos interpersonales que en la ciudad se han vuelto tan esporádicos que hasta había olvidado que hay cosas que hacer un viernes por la noche distintas a beber rodeado de gente con la que no platicas por el ruido ensordecedor de los bits.
Parezco un tanto aburrida, aunque en realidad he comenzado a olvidar el dolor que recorria mis hombros y el ardor que invadia mi estomago.
Estoy tan tranquila que quisiera compartir con todos mis amigos esta paz que el pueblo me ha permitido sentir.
Debo confesar que el algo dificil salir de la rutina, es extraño saber que no estoy cansada por el ajetreo vacacional, que si vas a la playa, que si nadas en casa de no se quien, que si vas de compras, que si te juntas a verte las caras con tus amigos mientras consumes nicotina como si fuera tarea, etc... pero con esta tranquilidad creo que regresare recargada para volvir a la cotidianeidad.